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LOS TOROS

Si hay una tradición en Valsain que despierte tanto o más fervor que la corta de troncos, es sin duda la afición a los toros. Muy arraigada en este pueblo ganadero además de maderero, que ha contado y cuenta no sólo con grandes y entendidos aficionados a "la Fiesta", sino con vecinos de gran valor, habilidad y destreza a la hora de plantarse delante de un toro.

En un principio las novilladas tenían lugar en lo que es ahora la plaza del pueblo, donde se improvisaba una plaza de toros a base de carros formando un círculo que impedían que escapara el astado. Mas adelante y contando con una dotación de madera, además de clavos y lías (cuerdas), se construía una plaza de toros a unos 50 metros de la plaza del pueblo, ardua tarea llevada a cabo por los mozos del pueblo, cuyo resultado era poco menos que espectacular. Se construían gradas, toriles burladeros, etc. todo de madera utilizando tablones, latas (troncos de pinos), costeros, etc. material que era subastado el último día de las fiestas y que suponía el desmantelamiento de la plaza, cuya tristeza o morriña despertada en los habitantes del pueblo, contrastaba con la alegría de principios de verano cuando empezaba su construcción año tras año. En la actualidad y gracias a las gestiones llevadas a cabo por las Juntas Directivas, se ha conseguido construir una extraordinaria plaza de toros fija junto al pilón de Valsaín, lo que ha supuesto unido junto con una menor disposición por parte de los mozos, a la pérdida de la tradición de hacer plaza, llevada a cabo durante tantos años, y que ha quedado reducida a la construcción del tramo de encierros que va desde la "portera del parque" hasta la plaza de toros.

Los toros (añojos) son lidiados por los más valientes mozos (y no tan mozos) del pueblo. Cuatro de los toros los compra la Asociación de Festejos, dos de ellos son lidiados por los solteros y los otros dos por los casados, el resto por cada una de las peñas que se anima a comprar un toro, llegando a lidiarse durante las fiestas unos 15 toros aproximadamente. Entre toro y toro se sueltan vaquillas para las mozas y algunas vacas para que los mozos más hábiles deleiten al público con espectaculares recortes y pases taurinos.

Otra tradición consecuencia de los toros es el diseño de los carteles taurinos, donde aparecen los nombres de los valientes matadores, suplentes y banderilleros, a los cuales se les asigna un apodo o coletilla, siempre relacionado con el protagonista, que suele ser la nota simpática de está tradición tan apasionante y ancestral tanto en nuestro pueblo como en toda España.

 

LOS ENCIERROS


Durante las fiestas en honor a Nuestra Señora del Rosario, se puede disfrutar en Valsaín, de encierros a caballo por el parque hasta hacer llegar los toros a la entrada del tramo construido a base de troncos que forman las calles por las que se encaminará a toros y cabestros hasta la plaza.

Para que se puedan llevar a cabo los encierros, días antes del comienzo de las fiestas, los mozos dirigidos por los miembros de la "Directiva", se reúnen para construir el tramo del encierro a base de los troncos que forman parte de una dotación de madera recibida por el pueblo desde hace muchos años por parte del entonces Patrimonio Nacional, posteriormente ICONA y ahora Organismo Autónomo de Parques Nacionales, con el fin de construir la plaza de toros, pero ya hace unos años que el pueblo cuenta con una plaza de toros fija y la madera que forma parte de esta dotación se utiliza para la construcción del tramo de encierros.

Los toros y los cabestros se encuentran en los corrales de "la Mata Navaelrincon", junto a la "Peña el Tizo", desde donde se sueltan y son conducidos a través del parque por coches y jinetes que disfrutan de un extraordinario recorrido hasta que consiguen encaminar a los astados hacia la pared del parque, donde comienza el tramo de encierros y entran en acción los corredores, que son los encargados de encaminar el ganado hasta la plaza de toros donde espera el madrugador/trasnochador público.

©Pedro de la Peña García | devalsain.com