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 devalsain.com:   InicioEscuchar al mayor (Juan Antonio Marrero Cabrera)  
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Juan Antonio Marrero 

“A todos nuestros mayores / para ellos va mi compaña/ desde la peña del “Tizo”, / la mejor de toda España. / Y le pido a nuestra Virgen, / patrona de Valsaín, / que cuide de todos ellos / para que puedan venir…”

Pilar González, que canta las jotas con potente y ajustada voz, se emocionó tanto con la canción que había compuesto ella misma en homenaje a sus mayores, que casi se queda un poco entrecortada. Menos mal que su marido Antonio Herrero, que había hecho sus “arreglillos” a la música de “Atención amigo conductor…”, amplificó su acompañamiento de guitarra y todo quedó estupendamente. No en vano los dos pertenecen a la rondalla de Valsaín que dirige el amigo “Quinito”, que también es un integrante de la peña del “Tizo”.

En este año 2005, se cumplen los “treinta primeros años” de la comida institucional que los del “Tizo”, por su propia cuenta, dedican a los mayores de Valsaín.

Y a ella acudimos todos una vez más, incluso los que ya se marcharon estaban en el recuerdo de todos sus parientes y antiguos amigos. Yo, personalmente recordaba a Don Gaspar, a Jesús Merino y a su madre, mi “segunda abuela”, la señora Rufina y tantos y tantos que, en la Semana Cultural de Valsaín, recordamos en la magnífica exposición organizada por José Manuel Martín Trilla y Mayte Isabel Fernández, su mujer, dos espíritus inteligentes y creadores, que dedican su tiempo libre a recuperar y mantener la memoria de su magnífico pueblo serrano. Algo muy importante en Valsaín, donde se mantiene una tradición de unidad y amistad entre todos sus vecinos, un espíritu de ayuda mutua y colaboración, como no he encontrado (no digo que no lo haya) en toda la geografía española, que he conocido bastante a fondo.

Había un autobús, pequeño y cómodo, listo para subir a los mayores a la antigua “Casa de la Hierba”, que está al final de una fuerte pendiente con la correspondiente panorámica magnífica del bosque y la sierra.

Al llegar, ya quedaba todo en manos de los componentes de la peña del “Tizo”, que se desvivían por atender a sus invitados, especialmente a las señoras con un precioso prendido de claveles.

El alcalde Félix Montes, que es un hombre que sabe “cuidarse”, llegó a bordo de una ambulancia. Y es que hay que estar en todo. Menos mal que, gracias a Dios, no hizo ninguna falta.

El interior de la peña está realmente bien acondicionado. Han desaparecido las viejas columnas desportilladas de la época de los Austrias, y el viejo conjunto se ha mantenido en su austeridad histórica aunque, eso sí, levantando un par de metros el nuevo tejado.

Una techumbre que se sostiene por un artesonado hecho al estilo tradicional serrano. Gruesos troncos de “latas”, los pinos más rectos del bosque y formidables vigas de una de las mejores y mas resistentes maderas del mundo, la misma que se utilizaba para los mástiles de los galeones y navíos a vela de todas las épocas, el pino blanco de Valsaín.

Allí estaba plasmada la colaboración de Javier Donés y los Parques Nacionales, de Juan Carlos Dueñas y el CENEAM, de Adolfo Rueda y la Serrería y de los expertos carpinteros de municipio Lorenzo y José, hijos de mi viejo amigo Lorenzo Tapias.

Otro viejo amigo, Bienvenido, el de la fragua, estaba representado por el espléndido trabajo de su hijo “Truscas”, que se ocupó de sustentar “latas” y vigas con la, también técnica ancestral de “cerchas” y “herrajes” de hierro.

La comida fue opípara, muy generosa y entrañablemente servida por los “Tizos” (y las “Tizas”, por supuesto) que se volcaron en atenciones y cariño.

Por cierto, que entre plato y plato, los amigos del Grupo de Valsaín, Evelio y Anonio con sus dulzainas, Andrés con la caja-tamboril, e Iván (el de Rufo) con el bombo y los platillos, amenizaron, contundentemente, el almuerzo de confraternidad con los animosos pasacalles segovianos-castellanos: la “Respingona”, el “Zángano” y la “Hierbabuena”.

Incluso los discursos fueron breves y afectuosos como el de la “alcaldesa pedanea” (con perdón) que habla muy bien y el “inevitable” (como el mismo dijo) discurso del amigo Félix, el alcalde de La Granja, que recordaba con emoción las comidas a las que asistió de pequeño, celebradas allí en Valsaín por su abuelo gabarrero Felicito Montes.

En fin, que fue una jornada memorable y que estamos todos deseando volver a celebrar, especialmente los decanos de ambos sexos. Pero lo que me gustaría destacar, sobre toda esta ilusión y las sonrisas de los congregados, es el impresionante espíritu de desinterés a favor de todos los amigos de la Peña del “Tizo”.

Y ahora permitid que me despida con una sentida coplilla que cantó Pilar: “Atención, escuchar al mayor, / su voz es prodigiosa. / Nos enseñan una y mil cosas / que debemos de ellos aprender. / Atención, escuchar al mayor, / pues nos hablan con toda humildad / y nos escuchan con tanto cariño / que, cuando se van marchando, / hasta las gracias nos dan. / Homenaje es para nuestros mayores / mi canción un homenaje. / Si les ha gustado a ustedes, / volveremos a cantarles / y vayan en gracia de Dios.”


Escuchar al mayor
Artículo de Juan Antonio Marrero Cabrera
(El Adelantado de Segovia 2005)
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