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Fdo. D. Eduardo Juárez Valero Ilustre Cronista Oficial del Real Sitio de San Ildefonso
En el Real Sitio, a 27 días andados del mes de enero de 2017
Ante las evidencias encontradas por el Cronista del Real Sitio, D. Eduardo
Juárez Valero, acerca de la entidad y origen de las ruinas existentes en los montes
de Valsaín y conocidas popularmente como Convento Casarás e históricamente
identificadas como Casa o Albergue Eraso, eleva el siguiente informe al respecto,
concluyendo de la siguiente manera:
ANTECEDENTES: en el transcurso de los proyectos de investigación “El
castillo de Turégano: estado de la cuestión” dirigido por el grupo Caminos
del Románico y “Señoríos Medievales Segovianos. Fase I: Archivo Diocesano
de Segovia” y “Documentación Real en pergamino del Archivo Catedralicio
de Segovia” y “Documentación Real en papel del Archivo Catedralicio de
Segovia” dirigidos por el grupo de investigación Señoríos Medievales
Segovianos del centro de Investigación CIGCE de este Real Sitio, aparecieron
determinados documentos detallados a continuación que, indudablemente,
se referían a la construcción y habilitación de una edificación en los montes
de Valsaín. Tales documentos fueron transcritos y estudiados por este
Cronista, así como contrastados con la historiografía existente al respecto,
llegando a las conclusiones que conforman el presente informe.
ARGUMENTOS:
1. En el Archivo de la Catedral de Segovia se conserva un privilegio de
confirmación del rey de Castilla, Don Alfonso VIII, con signatura ACS c.
3-n. 7, hecho en Toledo, el 3 de enero de 1201, en el que el monarca
castellano daba fe y legalizaba una donación hecha por una mujer
llamada Anderazo de un molino en las cercanías de un río llamado
Molinos.
2. El molino que Doña Anderazo entregaba libre y espontáneamente se
hacía con cargo al beneficio de un albergue que había sido construido
por ella y su difunto marido, Gutierre Michaelis, en la vía pública del
llamado portus Fontis Frigidi, esto es, el puerto de la Fuenfría.
3. El citado esposo de doña Anderazo, no era otro que Don Gutierre Miguel,
caballero villano de la ciudad de Segovia, señor de Espirdo, hermano del
obispo de Segovia Gonzalo Miguel, y Portero Mayor del rey castellano.
4. En los documentos existentes en el Archivo de la Catedral de Segovia, de
signaturas ACS c. 2 n. 15 (1174), c. 2 n. 22 (1187), en el Archivo
Diocesano de Segovia, de signatura ADS pergamino 14 (1195) y en los
documentos del Archivo de la Catedral descritos por Diego de
Colmenares (1166) (1195) y perdidos en la actualidad, aparece de
forma constante el caballero Gutierre Miguel en conjunción con su
esposa Anderazo, Enderazo o, más frecuentemente, Anderaço,
conformando un señorío menor sobre las tierras donadas por el rey
Alfonso VIII, convirtiéndole en un caballero de prestigio y linaje en la
Ciudad de Segovia.
5. En la Historia de la Insigne Ciudad de Segovia, escrita por su ilustre
Cronista, Diego de Colmenares, se hace referencia a este caballero y su
dignidad en donaciones al cabildo catedralicio y al obispo de Segovia, en
el volumen II, páginas 293-300.
6. En Noticias Genealógicas del Linage de Segovia, escrito por Juán Román y
Cárdenas, p. 116, se menciona la construcción de un albergue u hospital
para alojamiento de los pobres que pasaran por el puerto de la Fuenfría
y pudieran encontrar alojamiento y refugio, ya en ruinas a finales del
siglo XVII, cerca del lugar donde construyó la Ciudad de Segovia una
venta con la misma funcionalidad.
7. En La Casa Eraso del puerto de la Fuenfría, escrito por Gregorio de
Andrés en 1971, se establece la construcción de un albergue real por
mandado de Felipe II y llevado a cabo por Francisco de Eraso, habiendo
sido iniciada por Gaspar de Vega y referido por numerosos viajeros y
noticias hasta su ruina a mediados del siglo XIX.
CONCLUSIONES:
1. Las irrefutables pruebas documentales aportadas por Gregorio de Andrés
establecen que la ruina actual existente en el camino del puerto de la
Fuenfría corresponden a la construcción del albergue real de Felipe II,
edificado bajo la dirección de los arquitectos Gaspar de Vega y Juan de
Herrera a mediados del siglo XVI y que, tras la apertura del paso de
Navacerrada, en la primera mitad del siglo XVIII, el alojamiento cayó en
desuso, arruinándose sin remedio hasta alcanzar el estado actual.
2. La documentación cotejada por este Cronista demuestran que, previa a la
construcción del albergue de Felipe II, existió un albergue para viajeros
edificado en la misma zona costeado por el caballero villano segoviano
Gutierre Miguel y su esposa Doña Anderaço entre 1170 y 1180 con el
objetivo de garantizar un paso seguro de la sierra. Tras la muerte de
Gutierre Miguel, Doña Anderaço completó la donación aportando un molino
en las cercanías del arroyo llamado Molinos para costear la financiación del
albergue en el año 1201. Dado que el concejo de Segovia construyó un
albergue a finales del siglo XV, se ha de suponer que el albergue de Doña
Anderaço ya estaba abandonado o ruinoso en aquel momento.
3. La evidencia documental induce a considerar el poblamiento asentado del
valle, en relación con el albergue, el tránsito y las necesidades del mismo, a
finales del siglo XII, mucho antes de que se considerara cazadero real en el
Tratado de Montería de Alfonso XI de 1345.
4. Dado que la documentación se halla en los archivos eclesiásticos
segovianos, bien para el establecimiento de cargas impositivas dentro de la
jurisdicción eclesiástica, bien por haber sido finalmente donado al cabildo
catedralicio en documento no conservado o no hallado a día de hoy, la
relación del albergue con el estamento eclesiástico es evidente.
5. Por último, se ha aceptado tradicionalmente que el topónimo local convento Casarás se debía a la deformación del nombre de la Casa Eraso y a la mala interpretación de los datos históricos realizada por Pascual Madoz en la investigación para realizar el diccionario asociado a su proceso desamortizador. Sin embargo, tanto la tradición del nombre, a mediados del XIX, como la evidencia de la construcción de la Casa Eraso por parte de Felipe II, representan un problema para la aceptación del proceso etimológico. Cabe la posibilidad de que el origen de aquella tradición popular, el convento Casarás, pueda estar relacionado con la “albergaría de domina Anderaço, a decir de la documentación, la Casa Anderaço, de posterior titularidad y, a buen seguro, uso por parte de la diócesis de Segovia en los siglos XII y XIII, momento en que se generaron todos los topónimos existentes en el valle del Santo. En este aspecto, este Cronista seguirá la búsqueda de documentación que convierta esta hipótesis en irrefutable.